¡salvemos el Puertito! Necesitamos un turismo sostenible

¡SALVEMOS EL PUERTITO! NECESITAMOS UN TURISMO SOSTENIBLE

Introducción

Todavía quedan en España lugares con encanto. Lugares que pertenecen a sus vecinos y a una parte del turismo que huye de las aglomeraciones y la masificación. Estas personas disfrutan de un turismo de calidad, respetuoso con el planeta.

El Puertito

Al sur de Tenerife puede que un lugar así desaparezca; todo por construir un macrocomplejo turístico llamado «cuna del alma», promovido por inversores Belgas.

Hablamos de la playa de Armeñime,en Adeje, donde la plataforma «Salvar el puertito», vecinos y otras asociaciones ecologistas lleva meses de movilizaciones, manifestaciones, caceroladas…incluso se han llegado a encadenar 40 días. Todo esto para presionar a las administraciones e intentar detener unas obras que ya han afectado a un yacimiento arqueológico y puede que afecte también a algunas especies vegetales únicas de Tenerife. Se trata de un ecosistema natural plagado de vegetación Tabaibal-cardonal muy madura y bien conservada.

En pleno verano, ante la inacción de las administraciones y el silencio de los principales representantes políticos activistas y personas concienciadas con el medio ambiente decidieron acampar en las inmediaciones de lo que para ellos será «la tumba del alma». Todo esto para denunciar posibles ilegalidades durante la obra y una serie de incumplimientos normativos que afectan al patrimonio natural y cultural canario. Durante este tiempo han conseguido en alguna ocasión frenar el avance de las máquinas pero desgraciadamente las obras continúan y el ambiente está cada vez más crispado. Hace pocos días varios activistas denunciaron haber sido agredidos por trabajadores de la propia empresa, todo esto tras un intento de recuperar maquinaria «secuestrada». Una veintena de guardias civiles con equipamientos antidisturbios sacaron protegidos y escoltados al director del proyecto y otros trabajadores del piso piloto de Cuna del Alma donde tienen las oficinas; fuera de estas intalaciones había gente acampada de manera pacífica, de ahí lo desproporcionado de la situación….

Lo que realmente nos debe preocupar, a parte de la barbaridad que quieren hacer en el Puertito, es que esto se puede extrapolar a cualquier punto del planeta. ¿Realmente queremos un turismo así?

Desde el equipo de Ola Sin Plástico mandamos todo nuestro apoyo a este grupo de valientes que no les importa encadenarse, acampar y hacer todo lo que puedan para evitar este desastre medioambiental.

Nuestro apoyo
Fuente: El Solidario

Otras aberraciones

Pero lo que está ocurriendo en el Puertito lleva años ocurriendo en el resto de España, cuando se decidió que el motor de este país debía ser el turismo, sin importar qué se llevaba por delante y a qué o quienes podía afectar. Tenemos muchos ejemplos de ello. Unos se han podido paralizar con éxito después de meses y/o años de lucha, otros por desgracia han salido adelante, otros se han quedado a medias….

Hemos elegido unos cuantos:

El Algarrobico (Almería): Se destrozó un enclave natural en la costa almeriense para construir un macrohotel. Cuando las obras se paralizaron en febrero del 2006 las obras ya estaban al 94%. Actualmente el esqueleto del hotel sigue ahí, esperando a ser demolido.

Playa de las Macenas (Almería): Quisieron construir un campo de golf , 1400 viviendas y un resort turístico. Finalmente el campo de Golf se inauguró en julio del 2008 y se cerró en 2014 por no poder afrontar el mantenimiento. Se llegaron a consrtuir 300 viviendas…

Marbella: En la época de Jesús Gil, cuando Marbella se puso de moda estaban proyectadas unas 38000 viviendas. La mayoría se iban a construir de manera ilegal. Los tribunales empezaron a paralizar las obras a partir de 2003. Se llegaron a construir unas 20000.

La Manga: La Manga era otro de esos paraísos naturales que destruyeron a base de construir más viviendas de las que podía acoger. El resultado, la eutrofización del agua debido a vertidos de fosfatos procedentes de estas viviendas y los abonos del regadío del campo de Cartagena.

Afortunadamente también hay obras que se han conseguido parar, como en Cataluña, donde querían construir 46.800 viviendas, la mayoría en el litoral de Tarragona. Geógrafos, geólogos y activistas ambientales lograron detenerlo alegando razones de seguridad por riesgo de inundación.

Fuente: cronicavasca.com

Aquí en Bizkaia tenemos el caso de la central nuclear de Lemoniz, que afortunadamente no llegó a ponerse en marcha. Una mole de hierro y hormigón armado nos recuerda todo lo que tuvieron que luchar los vecinos de la zona para paralizarlo. Actualmente hay varios proyectos para intentar aprovechar el edificio, entre ellos, un parque acuícola.

Hace meses os hablábamos de Antondegi Berdea, el movimiento que surgió para luchar contra el proyecto de construcción de una ola artificial en una zona protegida de Donosti.

Para reflexionar…

Nuestra sociedad tiene más poder del que creemos para poder paralizar obras tan aberrantes como las anteriormente descritas. Está claro que los de arriba, movidos únicamente por intereses económicos no nos lo pondrán nada fácil. Pero no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras destrozan nuestro planeta con la excusa de convertir ciertos enclaves en lugares «más lujosos» al alcance de unos pocos. El lujo no es eso. El lujo es poder disfrutar de lugares con encanto donde los seres humanos viven en paz con la naturaleza y no malgastan los recursos que esta nos ofrece.

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